Estás muy ilusionada porque es el primer viaje con tu hijo o porque por fin le vas a llevar a ese sitio que tanto tiempo te lleva pidiendo. No dejas de imaginarte a tu pequeño y hace dos meses que empezaste la cuenta atrás. Y, de repente, lo piensas. No sabes bien cómo pero no habías caído en ese pequeño detalle: EL VIAJE.
Cómo van a ser esas horas desde que sales de tu casa hasta que llegas al lugar que, por unos días, será vuestro nuevo hogar. Y en ese momento te empiezas a preguntar de todo: ¿puedo llevar carriola? ¿llorará en el avión? ¿se dormirá? ¿alguien me ayudará en caso de que lo necesite? ¿qué hago si no para de llorar? ¿el del control de seguridad será amable?
Olvida todos estos miedos y lee los siguientes consejos que te ayudarán a no agobiarte y a estar mejor preparada para ese día que tanto tiempo llevas esperando.
1. Organízate con tiempo
Puede parecer muy lógico pero si es de las primeras veces que viajas con un niño igual no seas tan consciente. Planea tu viaje con más anticipación de la que lo hacías antes porque aunque sea una persona pequeña, puede provocar grandes imprevistos. Por muy práctica que seas, todo se vuelve más lento cuando tienes que hacerte cargo de una persona más ¡Te lo prometo!
2. Prepara bien tu equipaje de mano
Es importante que pienses bien qué cosas vas a meter en tu equipaje de mano. Las aerolíneas te dejan llevar la carriola hasta el avión pero piensa que antes de embarcar tendrás que plegarlo y subir en tu mano todas las cosas que lleves (contando a tu bebé). Así que olvídate del dutty free y lleva únicamente lo que te entre en la pañalera (y si es de las que puedes colgarte en la espalda mucho mejor).
¿Qué debes meter en la pañalera?
- Documentación: revisa que no te olvidas nada antes de salir de casa y llévala siempre a la mano (no querrás vaciar toda la pañalera cada vez que te pidan las identificaciones).
- Comida y snacks: lleva la comida de tu hijo y sus snacks favoritos pero asegúrate de que sean opciones saludables para evitar que le vayan a caer mal. No tengas miedo al filtro de seguridad, hasta los 3 años puedes pasar su comida (líquidos incluidos).
- Ropa extra: incluye un cambio completo para tu hijo y no te olvides de llevar una camiseta para ti por si acaso hay algún accidente. Si estás lactando acuérdate también de tu babero de lactancia.
- Objeto de seguridad: los viajes son muy cansados y es muy probable que tu hijo tenga que dormirse en algún momento. Con su objeto de seguridad le será mucho más fácil conciliar el sueño.
- Chupete o biberón: es de gran ayuda que los bebés estén succionando durante el despegue y aterrizaje para evitar que se le tapen sus oídos. ¡Un motivo menos de llanto!
- Entretenimiento: ¡no te olvides su juguete favorito! Tener descargada una película en tu teléfono antes de salir de casa también puede ser tu salvación.
- Medicina: es importante estar preparada para cualquier imprevisto. Que le de fiebre durante el viaje puede ser una situación muy poco deseada, pero no tener cómo remediarlo todavía más.
3. Trata que tu hijo llegue descansado al avión
Lo que menos te conviene es que llegue muy cansado para que “duerma todo el vuelo”. Esto puede jugar en tu contra y convertir tu viaje en una auténtica pesadilla. Si puedes hacer coincidir una siesta en el aeropuerto, después de haber pasado el filtro de seguridad, ¡hazlo! Llegar descansado al avión puede ahorrarte una serenata.
4. No le vacunes los días antes del viaje
Tata de no vacunarlo, por lo menos, 3 días antes del vuelo. Si la vacuna le hiciese reacción podrías acabar prefiriendo cancelar el viaje. Tampoco es recomendable darle una medicina nueva días antes.
5. Calma y paciencia
Si la situación acaba saliéndose de control trata de no agobiarte y no pienses en el resto de pasajeros. Casi todas las mamás pasan por esto una vez en la vida así que, si esta vez te toca a ti, respira, consiente a tu hijo y piensa que en el vuelo de regreso ya no serás tú la afortunada.