SER MAMÁ SIN OLVIDARTE DE TI

Cuando sueñas con ser madre te imaginas de muchas maneras: con tu bebe en brazos, paseándolo en la carriola, dándole su biberón, bañándolo o durmiendo una siesta juntos. Por supuesto, todas estas situaciones las visualizas de forma idílica, nunca piensas en plegar el carricoche seis veces al día, en los cólicos o en que dormir la siesta juntos será misión imposible, por lo menos para ti. Te encanta ser mamá, amas de una manera que nunca imaginaste, pero también estás agotada e incluso harta de esta nueva etapa. Eres una afortunada por ser mamá y por eso no te atreves a quejarte en voz alta. Hasta ahora habías pasado de un ciclo a otro casi sin darte cuenta y siempre teniendo tiempo para pensar en ti, pero… ¿qué ha pasado de repente? Te cuestionas muchas cosas sobre tu vida. ¿Qué ha pasado conmigo? ¿Qué me apetece hacer? Sientes que te perdiste y no sabes cómo regresar. Tienes la sensación de haber fallado a muchas personas pero, lo peor de todo, de haberte fallado a ti misma. Has tratado de repartir las horas del día entre tu hijo, tu marido, la familia, los amigos y la casa y nunca te dedicaste unas horas a ti. Además las personas te juzgan porque “desapareciste” y no les dedicas más tiempo; y tú te preguntas ¿qué tiempo? Es difícil asumir que tu vida ya no es solamente tuya y de tu pareja, que no puedes escaparte un fin de semana, liarte en una comida o seguirle el ritmo a tus amigos. Las cosas no volverán a ser como antes y tu lista de prioridades ha cambiado pero, poco a poco, tienes que empezar a encontrar tiempo para recuperarte. Sí, volver a ser tú y dedicarte un tiempo cada día porque tú también eres importante y te lo mereces. Retoma el deporte que tan feliz te hacía, sal a comprarte un vestido nuevo y ¡diviértete! En definitiva, consiéntete y cuídate porque… ¡te lo has ganado!