- Evitar siestas en movimiento para poder llegar a las etapas profundas de sueño y que éste sea reparador.
- Trata de que las siestas sean, al menos, de 45 minutos.
- Acuesta a tu hijo a dormir la siesta en un ambiente adecuado para que su sueño sea restaurativo, para ello intenta que duerma en su cuna y que el cuarto esté a oscuras y en silencio.
- Ofrécele la siesta siempre a la misma hora y hazle una pequeña rutina relajante antes de acostarle.
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SIESTAS, LA CLAVE DEL ÉXITO
Entender que las siestas son igual de importantes que el sueño nocturno es la clave del éxito para que tu hijo tenga un descanso de calidad. Pero… ¿qué significa esto exactamente? Te lo digo con otras palabras: ¡Tu hijo dormirá toda la noche y desaparecerán los despertares de la madrugada!
Lo primero que hay que saber es el número de siestas que tiene que hacer tu hijo en función de su edad y, en segundo lugar, que las siestas sean de calidad. Para ello es importante: